Árbol ramón: aliado contra el hambre y el cambio climático
Por Marytere Narváez
Mérida, Yucatán. 17 de febrero de 2016.- El árbol ramón (Brosimum alicastrum) prolifera a lo largo de los estados costeros del Golfo de México y del Océano Pacífico —con excepción de la península de Baja California—, pero pocas personas conocen su papel ecológico, sus usos tradicionales, su potencial como base de alimentación pecuaria y humana y su capacidad proveedora de biocombustible para la generación de energía. Realizar una evaluación completa de los servicios ambientales y alimenticios que ofrece fue la misión que se propuso Alfonso Larqué Saavedra, investigador emérito del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) y miembro del Consejo Consultivo de Ciencias de la Presidencia de la República.
En el marco del encuentro El sector forestal en apoyo a la cruzada contra el hambre y el cambio climático, realizado en el Parque Científico Tecnológico de Yucatán a finales de diciembre pasado, el investigador presentó ante académicos, empresarios y representantes de asociaciones civiles, gubernamentales y legislativas los resultados obtenidos a lo largo de siete años de trabajo en el Centro de Investigación Científica de Yucatán (CICY), Centro Público de Investigación del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt).
Alimentación pecuaria
"Hicimos los pellets del follaje del ramón; del fruto hicimos hojuelas como si fueran corn flakes para los animales y empezamos a ver precisamente la posibilidad de registrar el nombre para poderse comercializar. Ya está registrado, se llama Maya Óox y en sus etiquetas están precisadas las características nutrimentales", apuntó Larqué Saavedra.
Valores alimenticios de la harina Maya Óox
Agente en el cambio climático
Los bosques tropicales contribuyen a la mitigación de los gases de efecto invernadero. El bosque tropical fija alrededor de 220 toneladas de carbón por hectárea cada año, mientras que las tierras agrícolas fijan únicamente cinco toneladas. “Parte del trabajo que hemos hecho es analizar esos servicios ambientales, es decir, la fortaleza del ramón en la captura del dióxido de carbono, en la información y retención de suelos, en sus características de resistencia a la sequía, la trascendencia que tiene para la conservación de la fauna silvestre, los aspectos de microclima, clima y agua”, apuntó el investigador del CICY.
La región del estado de Yucatán se conoce como tierra poco fértil debido a que prácticamente no hay suelo y las plantaciones no prosperan; sin embargo, el ramón aprendió a crecer y reproducirse, de manera que sus raíces rompen laja o piedra y es común observarlo sembrado en los traspatios de las casas mayas en Yucatán.
“Fue maravilloso percatarse que era una opción que teníamos que armar porque de otra forma con qué nos defendemos, qué otro organismo nos puede ayudar a enfrentar este problema de desertificación que está sucediendo, que es la degradación de suelos y la degradación por contaminación. Este árbol es uno de esos árboles poderosísimos que tiene un vigor impresionante y que ha acompañado a los mayas desde hace siglos”, refirió Larqué Saavedra.
Forestación
"Si tenemos una plantación de unas 600 mil hectáreas del árbol, esta generaría 10 millones de toneladas de harina de ramón que servirían para surtir todas las necesidades del sector pecuario en el país. Y para dimensionar lo que esto significa: 10 millones de toneladas de harina son muchas, pero aproximadamente 700 mil hectáreas corresponden a la suma de las hectáreas que han sido erosionadas por la siembra del henequén en Yucatán y por la siembra de pastizales para el ganado", indicó el investigador.